sobre la experiencia de casa por casa...

Salir a compartir información con las personas sobre el tema del referéndum y el TLC, visitando casa por casa, ha resultado una experiencia muy valiosa.

La visita de estas últimas semanas previas al referéndum se ha concentrado en las comunidades rurales del cantón de Liberia, tales como Curubandé, Irigaray, Cañas Dulces, Quebrada Grande, etc.

La recepción de las personas en las diferentes comunidades ha sido similar entre sí. Se ha caracterizado por una escucha que inicialmente denota desconfianza, pero que en la mayoría de los casos se transforma en una receptividad positiva una vez que se hace explícita nuestra oposición al TLC.

La mayoría de las personas destacan la falta de información clara, y se manifiesta con predominancia la percepción de confusión sobre el tema, pese a esto la respuesta más común al TLC es la desconfianza y la negativa.

En diversas ocasiones he escuchado, y a decir verdad me había parecido válida la hipótesis sobre la “malicia indígena” del pueblo costarricense, la cual sustenta que muchas de las personas que están contra este TLC sin contar con información objetiva que les fundamente, lo hacen más bien desde el sentido común, algo así como una apropiación intuitiva del espacio político. Sin embargo, después de mucho caminar, conversar y escuchar, me parece que estas oposiciones al tratado tienen (también) un fundamento vivencial relacionado directamente con la experiencia de la politiquería tradicional en nuestro país.

En el caso de la provincia de Guanacaste aún está muy presente la huella del bipartidismo en el discurso popular. Es posible escuchar a quienes identifican a una comunidad entera como “de liberación”.

Paradójicamente, es esta misma identificación la cual parece verse interpelada en esta coyuntura. El incumplimiento de las últimas promesas de la campaña electoral del 2006 aún se mantiene fresca en la memoria de la gente.

La lesiva práctica del clientelismo utilizada por quienes van tras la presidencia del país, la diputación de la provincia y hasta la alcaldía del cantón (en este caso por parte del partido liberación nacional), parece haber llevado al agotamiento a un pueblo cansado de promesas y engaños.

“todavía me deben los 20.000 colones que me ofrecieron por ir a votar por arias en las últimas elecciones…todavía estoy esperando”, comenta una vecina de Curubandé.

“ésta calle, todos nos han prometido arreglarla, aquí han venido Figueres, Otilio Ulate, el otro Figueres, y ahora Arias y nada, mire, el que la arregla cuando se daña es el ICE, sino estaríamos incomunicados” , nos dice un adulto mayor de la comunidad de Curubandé, señalando la calle principal de su pueblo.

“aquí vino la diputada cuando andaba buscando votos, solo promesas, después se olvidó de todo…mi esposo siempre trabajó para el partido liberación, se murió este año, y nunca le dieron el bono que le dijeron”.

De este modo se suman uno tras otro los relatos de muchos hombres y mujeres guanacastecas. Reflejando el hastío y la pérdida de credibilidad en la clase política de nuestro país, especialmente en el partido Liberación Nacional. Todo lo cual parece tomar fuerza frente a la disyuntiva del TLC.

Sin embargo, este escenario es sin lugar a dudas mucho más complejo, y seguramente habrán muchas variables que se escapan a mi reflexión, pero bueno, la intención de estas líneas es simplemente dejar un registro escrito de esta vivencia, asumiendo cada sesgo de interpretación posible.

La pregunta está dicha, las respuestas a la espera…Arias y su cartera clientelista ya ronda nuestros pueblos.

El gobierno anuncia con descaro sus nuevos gastos. Millones de dólares (prometidos) para las municipalidades, los funcionarios del IDA y del IMAS están visitando a los pueblos de siempre, con las promesas de siempre, levantando listas, ofreciendo bonos de vivienda… en fin, ya veremos este 7 de octubre como resuelve hará este pueblo guanacasteco con tantas deudas y tanto trato indigno por parte de sus gobiernos…